Estudié Comunicación Social… ¿Y ahora qué hago?

Quienes estudiamos Comunicación Social hemos pensado, en más de una ocasión, cuál es nuestro rol y aporte en el mundo de las Ciencias Sociales. Ocurre que entramos de lleno a un universo nuevo, en el cual algunas voces malintencionadas nos dicen que escasea la salida laboral. La gran pregunta es ¿Qué tan cierto es eso?

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No se si es exagerado decir que, entre comunicadores, ya hay una especie de hermandad… O al menos, un conjunto de experiencias compartidas. Se podría decir que, entre colegas, somos una tribu con rasgos similares y con los mismos objetivos: salir victoriosos en la búsqueda de trabajo y encontrar los ámbitos comunicacionales adecuados para ampliar nuestros conocimientos.

Fotografía extraída de INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR “RENÉ FAVALORO”.

En pos de nuestros objetivos, resulta que hay buenas noticias: los territorios que abarca la Comunicación Social son muchísimos. Si nos vamos al campo de los medios de comunicación, podemos optar por hacer televisión, radio o gráfica. Por otro lado, en lo que compete a lo institucional, están las relaciones públicas, los recursos humanos, la comunicación interna o externa, entre otras cosas. También está el mundo de las redes sociales, la edición digital, los community managers, etc. Existe también está la investigación. Y por último, no menos importante, está la docencia.

Como se puede apreciar, la comunicación como área tiene varios alcances. He aquí que surge una de las discusiones más comunes que giran en torno a este tema: ¿Cómo abordar territorios que son, en extremo, amplios? Y la respuesta que se nos ocurre es bastante sincera. El comunicador social que ejerce y triunfa en el mundo es un todólogo.

En más de una ocasión, estos territorios se entrecruzan, lo que lleva al comunicador a saber un poco de todo. En efecto, ser un todólogo -desde nuestra concepción-, es estar preparado para un puesto de trabajo con todas la sabiduría posible. Saber desenvolvernos en territorios que son totamente extensos y que requieren de mucho conocimiento.

Así que, consideramos que si hay salida laboral para las tribus de comunicadores. Pero que los territorios están muy dilatados y a menudo tienden a chocar unos con otros. Por ende, proponemos que el comunicador se piense a si mismo como un todólogo y empiece a ampliar sus conocimientos en este mundo que a veces da miedo, pero también es hermoso y sobretodo, interesante.